La primera idea de una máquina controlada por un programa de trabajo precompilado y el consiguiente prototipo inicial es historia reciente que se remonta a los años en torno a 1950, pero en este breve lapso de tiempo se ha producido una rápida e intensa evolución que ha interesado e implicado todos los sectores de producción industrial, hasta tocar el sector dental, primero con los servicios que ofrecen los grandes centros de producción, llegando luego también a crear una oferta de productos que pueden ser adoptados directamente por los laboratorios dentales, los denominados Cad Cam Dental. Sin embargo, tan repentina disponibilidad y difusión de productos y servicios no ha ido acompañada de la información y formación necesarias para preparar a los usuarios finales de esta revolución que han acogido el cambio, algunos con timidez y escepticismo, sin saber captar las ventajas que esta tecnología ofrecía, otros con ilusión y tesón, convirtiéndonos en los pioneros de un nuevo rumbo, con todas las ventajas y desventajas de ser los precursores del cambio.